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La Exposición Internacional nos ubica, ineludiblemente, en un lugar de reflexión sobre lo nacional y lo propio, sobre la identidad de un país que, precisamente toma forma de la sumatoria de diversas culturas con la cultura local.
A lo largo de la historia, y aún hasta el día de hoy, la Argentina se convirtió en un “gran techo” para todo aquel que quisiera habitar su suelo. Para millones de inmigrantes los grandes transatlánticos que abordaban era ya un presagio, y de alguna manera, la extensión de una tierra que no solo prometía mejores condiciones de vida, sino también la esperanza de un progreso posible, cercano.
Tener distintas raíces hace a la población argentina inmensamente rica, y es precisamente su pluralidad lo que la hace única. Curiosamente, sus habitantes son, en su diversidad, un reflejo de su propia tierra, tierra donde abundan variedad de paisajes y climas, de especies vegetales y de animales.
En este contexto, el proyecto para el Pabellón Argentino se configura como una gran cubierta que no sólo aloja en su interior talleres, auditorio y salas sino que también, de manera análoga a la similitud antedicha entre características poblacionales y naturales; permite “colgar” un recorrido paralelo a las salas por los distintos biomas presentes en el suelo argentino, dándole un valor equivalente al patrimonio cultural con el patrimonio natural que se encuentra en el país. Si bien el edificio cuenta con un sistema tradicional de escaleras, ascensores y rampas, se introduce así, la posibilidad de un recorrido paisajístico, lúdico y educativo a través de los parques de biomas dispuestos en altura (van ascendiendo y su disposición va en correlato con la altitud que geográficamente tiene cada bioma). La estructura de cerchas de la cubierta también genera, tanto en las salas de exposición como en la planta de acceso una superficie propicia para exposiciones elevadas ya que permite colgar de ellas instalaciones artísticas u objetos que así lo requieran. Por su ubicación en planta, tanto los talleres como las salas de exposición pueden integrarse y conformar espacios de mayor superficie, flexibilizando su uso.
La administración y los servicios ubicados a nivel de la calle Cuenco, aprovechan los espacios verdes y árboles existentes en el lugar, teniendo independencia en los accesos y en su funcionamiento. El estacionamiento también se ubica en el mismo nivel, motivo por el cual no se generan excavaciones excesivas, manteniéndose como cota final el nivel de la calle Cuenco. La sala de proyección inmersiva asoma parte de su volumetría, generando topografía en la plaza de acceso y organizando la circulación hacia las pasarelas colgantes, hacia el auditorio y hacia el pre-show de la sala de proyección, el cual consta con la posibilidad de ingreso y egreso independiente.
En el pabellón propuesto se cobija y alberga un fragmento de las principales riquezas de un país, la producción humana y las existencias naturales de su tierra. Su techo protege y a la vez también sostiene el contenido cultural y natural que quiera mostrarse, con la misma voluntad de acogimiento de lo diverso que nos caracteriza y enorgullece.



Concurso Pabellón Argentino

Año:

2019

Superficie:

10000 M2

Equipo de proyecto:

Eliaschev, Ossani, Sarmiento

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