FEDERICO ELIASCHEV & ASOC.
estudio de Arquitectura
El Parque de las Ciencias, que formará parte del Polo Científico y Tecnológico, está localizado en un lugar privilegiado de la Ciudad de Buenos Aires, cercano a numerosos parques emblemáticos de la misma, en un área urbana en desarrollo con eje en la Av. Juan B. Justo y el ferrocarril. El Parque constituye, desde nuestro enfoque, un espacio verde abierto, con una mirada amplia sobre el paisaje, lo lúdico y la educación, entendiendo que estas tres constantes se enriquecen mutuamente. Así, el paisaje fomenta la observación y el juego, y éste a su vez, en su vivencia resulta formativo, generando aprendizaje e interés por adquirir y asimilar conocimiento.
La planta general propuesta para la materialización del parque remite a una imagen científica de arquitectura tisular, de alguna manera, en su génesis, el parque despliega la búsqueda de una unidad estructural básica que a su vez es compleja y única en las relaciones que resuelve, dando sustento a la organización general del programa propuesto, generando situaciones de uso y de paisaje ricas en sus diferencias y armónicas en su funcionamiento conjunto. La topografía donde se ubican los juegos y las actividades, se inspira entonces en una estructura biológica que se nos hace visible a través de la ciencia y la tecnología, el parque propone entonces, en la esencia que lo caracteriza, comulgar y nutrir el vínculo entre el pensamiento científico y el tecnológico.
A partir de las elevaciones del terreno se logran lugares de descanso, de visuales privilegiadas para ver proyecciones sobre el edificio y de recorridos por distintos niveles del parque, generándose distintas velocidades de uso y de permanencia, pudiendo circular entre las copas de los árboles o entre espejos de agua. Las áreas para los módulos lúdicos interactivos están conectadas por tramos del puente peatonal que se encontraba originalmente en el predio. Se crean, a través de la operación topográfica, distintas atmósferas, acentuadas por la elección de las especies vegetales que responden a una reinterpretación de las unidades fitogeográficas de la Argentina, siempre considerando que aún estando fuera de su hábitat natural, su desarrollo y mantenimiento en la Ciudad de Buenos Aires, sea sustentable a lo largo del tiempo.
El movimiento de suelos que se realiza, en algunos casos subiendo el nivel de parque y en otras bajándolo, se equilibra de alguna manera, a si mismo, reduciendo prácticamente el aporte de tierra, dándole también cierta privacidad visual y acústica al anfiteatro y al dispositivo desmontable, reforzado por la implementación de vegetación de porte en las elevaciones cercanas. La provisión de agua para los distintos usos requeridos, se abastecerá en gran medida por un sistema de reservorios a cielo abierto, que son los receptores finales de la recogida de aguas de lluvia del parque en su totalidad y además, conforman espejos de agua que aportan al paisaje de los recorridos.
Para acceder a los distintos montículos encontramos distintas maneras de ascenso y descenso, como ser senderos, escaladoras y toboganes, proponiendo que conocerlas, subir y bajar de ellos sea en sí misma una experiencia recreativa ligada al proceso científico de investigación, donde la búsqueda de conocimiento toma según las circunstancias, distintos caminos, algunos más largos, otros más rápidos y en algunos casos algunos mas laboriosos.
El Pabellón de Exposiciones para soluciones sustentables para el hábitat humano, se encuentra bajo una “terraza verde” en relación a la calle Soler, al C3 y al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, para facilitar maniobras de montaje y acceso público, entendiendo a dicha terraza verde como una solución sustentable en si misma, aportándole al interior del recinto confort climático natural, que se integra al parque y a la vez provee un espacio flexible en su uso.
Es a partir de esta geografía también, que el parque se vincula al tren y a la ciudad. En el caso del tren, el talud existente es intervenido como parte del parque, adquiriendo un lenguaje similar, generando paisaje e integrándose al mismo. No se lo considera una barrera sino que se facilita el trasvasamiento hacia la Av. Juan B. Justo como un lugar de oportunidad para enriquecer el espacio público de esta vía en pleno desarrollo, anticipando la existencia del parque y dando lugar a la generación de una escala peatonal de aproximación.
El parque en sí mismo, casi como una analogía de la sociedad que deseamos ser, conforma una unidad que se enriquece con la variedad de propuestas y situaciones, donde es posible optar por diversos caminos, gozar de paisajes distintos a pesar de estar en un mismo parque, permitir distintas voluntades de acción, pero siempre dentro de un contexto donde se respeta la diversidad, se celebra el encuentro y se fomenta el conocimiento y el interés cultural, entendiendo que a partir de aquí, es posible darle sentido a un concepto de patrimonio social y cultural amplio, plural y propio, que nos representa y nos da identidad.
Concurso Parque de las Ciencias
Año:
2014
Superficie:
Equipo de proyecto:
Eliaschev, Ossani, Sarmiento